A 700 kilómetros de la costa continental colombiana se encuentra la isla de San Andrés, un pequeño paraíso en el que las influencias de ingleses, españoles, piratas y corsarios se mezclaron para dar como resultado una cultura rica que se mueve al son del reggae. Es un destino perfecto para disfrutar de la playa, practicar deportes náuticos, bucear y hacer ecoturismo.
Desde el avión, la tarjeta de presentación de San Andrés es su mar de siete colores que alberga peces coloridos y corales rebosantes de vida que encantan a los viajeros. Después de una tarde de playa y compras en el puerto libre, la noche se presenta con fuerza para llenar de música y baile el ambiente.